Casi 70 galardonados con el Premio Nobel han criticado al Gobierno argentino por su recorte en las políticas de ciencia y tecnología, como refleja una carta que han remitido al presidente, Javier Milei, y al jefe de Gabinete, Nicolás Posse, entre otras autoridades.
Sesenta y ocho premiados con el Nobel en Química, Economía, Medicina y Física firman un escrito en el que reflejan que el sistema argentino de ciencia y tecnología «se acerca a un peligroso precipicio» y se muestran desalentados por «las consecuencias que esta situación podría tener tanto para el pueblo argentino como para el mundo».
El físico estadounidense David J. Gross, que recibió la distinción en 2004 por el descubrimiento de la libertad asintótica; el británico Roger Penrose, premiado en 2020 por su hallazgo sobre la formación de agujeros negros como predicción sólida de la teoría general de la relatividad; y el italiano Giorgio Parisi, galardonado en 2021 por el descubrimiento de la interacción del desorden y las fluctuaciones en los sistemas físicos desde escalas atómicas hasta planetarias, son algunos de los firmantes.
También el matrimonio integrado por los noruegos Edvard y May-Britt Moser que, junto a Jhon O’Keefe, fueron reconocidos en Medicina en 2014 por su trabajo sobre el cerebro; o el investigador francés Jean-Pierre Sauvage, premiado en 2016 por el diseño y síntesis de máquinas moleculares.
Frente a ello, el portavoz presidencial argentino, Manuel Adorni, resaltó este jueves que Milei «entiende la importancia de la ciencia y valora los hallazgos que permiten mejoras concretas en la sociedad».
De hecho, resaltó que «se está construyendo un Conicet (Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas) que ponga sus esfuerzos en la bioeconomía o en la inteligencia artificial aplicada en la medicina».
No obstante, indicó que actualmente Argentina «es un país empobrecido y la mitad de su gente vive por debajo de la línea de pobreza», de manera que el Ejecutivo «no va a financiar la ciencia que no aporta un beneficio directo a la sociedad».
El texto de los científicos va dirigido al Ejecutivo; al presidente del Conicet, Daniel Salamone; y a los legisladores argentinos, a quienes expresan su «preocupación» por la desaparición del Ministerio de Ciencia y Tecnología, el despido de empleados en la Administración pública vinculada a la ciencia y la «dramática devaluación» del sector.
«Devaluar y/o cancelar a la ciencia argentina sería un grave error. El mundo tiene muchos problemas, y cualquier economía moderna, como la de Argentina, debe ser capaz de generar nuevas tecnologías centradas en problemas locales y aplicar tecnologías generadas por otros en un nuevo contexto local para resolver problemas locales», argumentan.
Los científicos internacionales resaltan el valor de «las contribuciones transformadoras de la ciencia argentina» y destacan que el país fue el único en la región que «ha desarrollado su propia vacuna contra el covid-19, construido y lanzado satélites de comunicaciones y diseñado y construido reactores nucleares de próxima generación».
Con la conclusión de que «congelar los programas de investigación» provocará «la destrucción de un sistema que tardó muchos años en construirse», los expertos alertan de que «requeríría muchos, muchos más para ser reconstruido». EFE