Organizaciones no gubernamentales, gremios y sindicatos venezolanos criticaron este martes la «bonificación del salario», luego de que el lunes Nicolás Maduro anunciara el aumentó a 100 dólares del «ingreso mínimo integral indexado» (IMII) de los empleados públicos, a través de bonos mensuales que no generan pasivos laborales.
Maduro incrementó de 30 a 60 dólares una bonificación mensual que reciben los trabajadores públicos en bolívares al cambio oficial, con lo que se eleva de 70 a 100 dólares este ingreso, mientras que el salario mínimo, base para el cálculo de beneficios laborales como prestaciones y vacaciones, se mantiene en 130 bolívares desde marzo de 2022, que equivalen hoy a 3,6 dólares al mes.
Al respecto, el dirigente de la Coalición Sindical Carlos Salazar dijo a EFE que el salario «sigue estando por debajo de la mesa en el tema social y económico del Gobierno».
«Solo se dedican a sus planes políticos (…) Suben 20 dólares a un bono de guerra, sabiendo que ninguno de esos bonos son salarios», criticó.
Por su parte, el Sindicato Nacional de Trabajadores de la Prensa (SNTP) rechazó la medida y aseguró, en su cuenta en X (antes Twitter), que «no se trata de un aumento real», debido a que «el ajuste es sobre bonos», mientras que el sueldo mínimo, «que es la base de cálculo de otros beneficios de ley, se mantiene congelado».
Para este sindicato, esta «política de bonificación de los ingresos precariza las condiciones de empleo» y pone en riesgo la protección social.
Asimismo, la ONG Provea dijo que millones de obreros y jubilados reciben «un salario mínimo y una pensión de hambre», pues no alcanza para cubrir la canasta básica de alimentos, para una familia de cinco personas, cuyo precio supera los 500 dólares mensuales, según estimaciones independientes.
Maduro aseguró que el anuncio es solo «un primer empuje» a esta remuneración, en un año en el que prevé aplicar otras mejoras salariales y para cuando están previstas las elecciones presidenciales. EFE