María Eugenia Abad, esposa del presidente de Súmate, Roberto Abdul, denunció este viernes que tras más de 48 horas de su detención su marido permanece bajo una desaparición forzada.
«La última vez que yo vi a mi esposo fue el miércoles alrededor de las 11:00 de la mañana. Él iba entrando a mi casa, yo saliendo. Nos cruzamos mis hijas y yo con él en el carro. Conversábamos de cuál era los planes del día, él iba a llevar unas camisas a la tintorería y luego iba a su oficina. Yo no supe más nada de él, me enteré alrededor de 12 que un familiar me reenvió las declaraciones del fiscal, y ese momento comenzó la angustia. Busqué comunicarme con él, pero no había visto su teléfono desde las 11:46 de la mañana, obviamente las llamadas no caían», relató.
Abad acudió este viernes nuevamente a la sede del Servicio Bolivariano de Inteligencia (SEBIN) en el centro de torturas El Helicoide para pedir información sobre su paradero, pero esta no fue suministrada.
«Ayer vine a preguntar aquí a la sede del SEBIN, fui a Plaza Venezuela también, y no, no sabemos, no tenemos ni idea. Hoy volví. Hoy sí me dijeron que él estaba bajo disposición y control del SEBIN, pero no me dijeron dónde estaba, no me dijeron si estaba aquí, si estaba en en Plaza Venezuela o si estaba en otro sitio. No me dieron en ningún momento certeza de su paradero», denunció.
La esposa de Abdul dijo que les preocupa su integridad física y su salud pues «él toma medicamentos diarios por varias condiciones que tiene» y no saben si se los están suministrando y si le estánd dando comida.
María Eugenia Abad informó que se reunió con representantes de la Oficina de Naciones Unidas para los Derechos Humanos para denunciar la situación de su esposo. «Muchos lo conocen, han trabajado con él porque mi esposo es una, tiene un una conducta intachable, tiene una amplia experiencia en muchos temas y es una persona muy valorada en muchos medios. Y ha trabajado con ellos y ellos están también muy preocupados y querían escuchar de mí de primera mano qué sabía y ponerse absolutamente a la orden para manifestar su apoyo incondicional y hacerse eco de la situación», dijo.
«Yo no sé dónde está, no sé cómo está, no sé nada básicamente y eso es obviamente muy angustioso. Yo lo que quiero es que se le respeten sus derechos. A pesar de que esto es una acción absolutamente arbitraria e injustificada, no hay ningún motivo que haya justificado esto, pero aún así a él tienen que garantizarle de todos sus derechos, a su legítima defensa, que sea un abogado privado», reclamó.