El presidente brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva, admitió este martes que está negociando el apoyo de los tradicionales partidos de centroderecha a su Gobierno a cambio de cargos en el Gabinete para garantizar la gobernabilidad en Brasil.
«Es normal que, si esos partidos quieren apoyarnos, también quieran participar del Gobierno. Y hay que buscar un lugar para acomodarlos y, de esa forma, darle tranquilidad al Gobierno en las votaciones que nos interesan en el Congreso», dijo el líder progresista en su transmisión semanal por redes sociales.
El Gobierno de Lula ya cuenta con el respaldo de importantes partidos de centro y centroderecha, como el Movimiento Democrático Brasileño (MDB), que le permiten tener una débil mayoría tanto en el Senado como en la Cámara de Diputados.
El Congreso aprobó hasta ahora los principales proyectos propuestos por el jefe de Estado, como la reforma tributaria, pero en las votaciones necesitó del apoyo del legisladores de los partidos de centroderecha que aún no integran el Ejecutivo.
La intención de Lula es sumar a los partidos que componen el llamado «centrao», como es conocido el conjunto de formaciones de centro y de centroderecha que dominan el Congreso y que tienden a alinearse de acuerdo con las ventajas que le ofrezca el Gobierno de turno.
El mandatario admitió que está negociando específicamente con el Partido Progresistas (PP) y con Republicanos, dos de los que apoyaron la fracasada campaña a la reelección del ultraderechista Jair Bolsonaro y el último liderado por pastores de influyentes iglesias evangélicas.
Dijo igualmente que está negociando con los dirigentes del Partido Social Democrático (PSD) y del Unión Brasil, que no apoyaron ni a Lula ni a Bolsonaro en las elecciones de 2022, pero que cuentan con dirigentes que se han caracterizado por ser duros opositores al Gobierno del progresista, como el senador y exjuez Sergio Moro.
«No quiero conversar con el ‘centrao’ como organización. Quiero conversar con el PP, quiero conversar con el Republicanos, con el PSD y con el Unión Brasil», dijo el mandatario.
Pero aclaró que será el jefe de Estado el que decida los ministerios que ofrecerá a los partidos que decidan apoyar a su Gobierno y que no aceptará las presiones de esas formaciones, que han manifestado apetito por pastas importantes y que manejan abultados presupuestos como la de Salud o la de Desarrollo Social.
«No es el partido que quiere venir al Gobierno el que escoge el ministerio. Quien escoge el ministerio es el presidente de la República; quien indica ministros y quien ofrece carteras es el presidente de la República. Y me parece plenamente posible. Vamos a discutir eso en los próximos días. No estoy preocupado. Aún no concluí ninguna conversación con nadie», afirmó. EFE