Los servicios de inteligencia y seguridad de Ucrania se pronunciaron el sábado por la mañana sobre la rebelión del grupo Wagner en Rusia celebrando el conato de guerra civil en ese país como un paso importante hacia el fin de la invasión rusa de su territorio y el colapso del presidente, Vladímir Putin.
“La fórmula ucraniana para una paz sostenible prevé la salida de las fronteras de 1991 y el comienzo del proceso de autodestrucción de Rusia”, escribió en su cuenta de Twitter Oleksí Danílov, en referencia al año en que Ucrania obtuvo su independencia con unas fronteras que Rusia viola desde que se anexionó en 2014 Crimea.
Danílov agregó que “la guerra terminará como comenzó: dentro de la Federación Rusa”. Y añadió: “El proceso ha comenzado”.
En una entrevista con el medio ucraniano RBK, el representante de la inteligencia militar ucraniana (GUR) Andrí Yusov dijo que los acontecimientos que tienen lugar desde ayer en Rusia son “un conflicto interno” y una “confrontación”.
Según Yusov, uno de los portavoces habituales del GUR, la rebelión de Wagner es “consecuencia directa” de la invasión rusa de Ucrania, en la que el grupo de mercenarios del alzado Evgueni Prigozhin adquirió una importancia capital por su liderazgo en operaciones como la toma de Bajmut.
Yusov declaró que el GUR sigue de cerca los acontecimiento en Rusia, pero muchos observadores del conflicto aseguran que la inteligencia militar ucraniana ha mantenido contactos en los últimos meses con Prigozhin y habría alimentado las tensiones entre las estructuras militares rusas que han precipitado la rebelión de Wagner.
Paramilitares rusos que apoyan a Ucrania
También se han pronunciado sobre la crisis los dos grupos de voluntarios rusos que combatieron contra las fuerzas de Putin al lado del ejército ucraniano y han protagonizado en los últimos meses varias incursiones armadas en Rusia auspiciadas por Kiev.
El comandante del Corpus de Voluntarios Rusos, Denís Kapustin, ha dicho de Prigozhin que ha pasado de ser “el oscuro cocinero de Putin” -por los negocios de catering con el Estado con que hizo negocio- para convertirse en “una figura política independiente”.
“Creo que, aunque estamos en lados opuestos de las barricadas y tenemos ideas diferentes sobre el futuro de la Federación Rusa, puedo decir de él sin sarcasmo ni ironía que es un patriota de Rusia”, afirmó Kapustin, conocido por profesar un supremacismo eslavo y acusa a su enemigo Putin de haber vendido el país a pueblos no rusos.
También en Telegram, el otro grupo implicado en las incursiones armadas anti-Putin, la Legión Libertad para Rusia, ha dicho que Prigozhin es su “enemigo” pero tiene razón cuando denuncia “la corrupción” y “la hipocresía” de “la dictadura” que hay en Rusia.
“Esperamos que la guerra del mal contra el mal debilite la maquinaria represiva; liberaremos a Rusia con nuestros hermanos”, dice el comunicado de la Legión, que llama a las fuerzas armadas rusas a “dirigir sus armas contra las torres del Kremlin” y pide “parar la matanza cruel y sinsentido de ucranianos” y de rusos enviados al frente.
La posible movilización de las tropas de Wagner en secundar el alzamiento de su jefe, y un potencial traslado de soldados regulares rusos a territorio de la Federación Rusa para someter la rebelión, podrían debilitar las líneas defensivas rusas en la Ucrania ocupada y dar una oportunidad de golpear a Kiev.
Millones de ucranianos siguen los acontecimientos que se precipitan en Rusia con enorme expectación y esperan que el caos que se vive el país invasor se traduzca en un descalabro ruso en el frente que ponga fin a muchos meses de bombardeos y sufrimiento.
EFE / Marcel Gascón