El maestro Gustavo Dudamel, el cineasta Alberto “Beto” Arvelo y Bancamiga se unieron para mostrar a los venezolanos un histórico acontecimiento, cuando los integrantes del Coro de Manos Blanca se convirtieron en los protagonistas de la ópera compuesta por Ludwig van Beethoven.
A Ludwig van Beethoven se le considera como uno de los compositores más importantes de la historia de la música y sus aportes fueron decisivos en la evolución de este arte de crear y organizar sonidos. En su dilatada trayectoria solo una ópera compuso: Fidelio, que este fin se semana se estrenó en el Centro Nacional de Acción Social por la Música, con el acompañamiento de Bancamiga, la dirección musical del maestro Gustavo Dudamel y la dirección artística del cineasta Alberto “Beto” Arvelo.
Para “Beto” Arvelo lo que se vivió en Caracas fue un hecho histórico, porque “es la primera vez desde que la compuso en 1805 que se presenta esta genialidad para la comunidad sorda”, en el que los integrantes del Coro de Manos Blancas del Sistema Nacional de Orquestas y Coros Juveniles e Infantiles de Venezuela también se convierten en los protagonistas de esta ópera en dos actos, mostrando su gran capacidad actoral.
“Fidelio es el sueño más reciente que estamos trabajando con Gustavo. Desde la primera conversación que tuve con él cuando el maestro José Antonio Abreu me pidió que lo entrevistara cuando nos preparábamos para filmar Tocar y Luchar hubo una empatía instantánea. Todavía no había ganado el prestigioso Concurso de Dirección Orquestal Gustav Mahler (2004), pero el maestro Abreu intuía lo que ocurriría. Ese mismo día, unas horas más tarde ya éramos hermanos, y en el tiempo no hemos parado de crear, de inventar, de soñar”.
Dijo “Beto” Arvelo que el hecho de ser compuesta por Beethoven cuando ya estaba sordo es una muestra de la habilidad del hombre para vencer adversidades y del poder integrador de la música.
Fidelio es una de las óperas más populares en el mundo. El año pasado año se presentó en Los Ángeles con la Orquesta Filarmónica de Los Ángeles, el Coro de Manos Blancas y la organización artística Deaf West Theater.
Y ahora con el apoyo de Bancamiga, los venezolanos hicieron retumbar con sus aplausos la sala del Sistema en Quebrada Honda para agradecer a la Orquesta Sinfónica Simón Bolívar de Venezuela, a la Coral Nacional Simón Bolívar y al Coro Manos Blancas, a Dudamel, a Arvelo y a la productora artística Gabriela Camejo la posibilidad que tuvieron de presenciar una puesta en escena de primer nivel.
El presidente Ejecutivo de Bancamiga, Ariel José Martínez, dijo sentirse emocionado porque la institución acompañó a Dudamel y a Arvelo en una obra que exalta la integración, en el marco de su estrategia de compromiso social y difusión de la cultura.
En su dilatada trayectoria, “Beto” Arvelo estuvo al frente de la campaña Juntos Hacemos Equipo, la que calificó como una experiencia “muy hermosa” por dos razones. Primero por trabajar con un equipo excepcional, cinco máquinas de inspiración seleccionadas asertivamente como fueron el karateca Antonio Díaz, el fotógrafo Henry González, el biólogo y escalador Federico Pisani, la diseñadora y virreina universal de la belleza Amanda Dudamel y la futbolista Deyna Castellanos, quienes comparten la importancia de creer, insistir y crecer para lograr las metas.
“Me conecté con cada uno de ellos. Son personas que te hacen creer en las capacidades humanas y en que alcanzar los sueños es posible. También está el equipo humano de Bancamiga. Fueron personas extraordinarias y comprometidas con hacer algo bello y de que pudiéramos transmitir un mensaje de optimismo y esperanza para los jóvenes y para el país”.
La relación de “Beto” Arvelo con el Sistema viene desde que era un niño cuando en su Mérida natal comenzó en el sistema de orquestas. Primero como clarinetista y luego con el violoncello.
“Crecí en el sistema de orquesta y mi mamá es escultora. Crecí en un ambiente conectado con el arte. Fue en ese ambiente cuando tuve contacto con la fotografía y por primera vez cayó una cámara en mis manos. En ese momento supe que había encontrado mi pasión. Me parecía fascinante narrar historias. Tenía 11-12 años y sentí que eso era lo que quería hacer”.
Confesó que pese a que en un momento de su vida se debatió entre la música y el cine, “la cámara tiró con más fuerza. Pero he estado siempre haciendo cine conectado con la música. He hecho documentales sobre música como Tocar y Luchar y mi vida ha estado ligada a ambas. Creo que llegué al cine a través de la música”.
“Beto” Arvelo no quiso culminar la conversación sin invitar a los venezolanos a soñar y creer en lo que hacen, porque el primer paso para alcanzar las metas es convencerse de que ese sueño es posible.