Su máquina de escribir, la primera de las dos que ha tenido, una Olivetti Estudio 46 de color azul, es lo que ha legado este martes en la Caja de las Letras de Instituto Cervantes el poeta venezolano Rafael Cadenas, Premio Cervantes 2022.
Sin la presencia de Cadenas, de 93 años, quien no llegó a tiempo al inicio del acto, su hija Paula fue la encargada de introducir en la caja 1287 esta máquina de escribir que ha «atravesado» el Atlántico con el poeta (Barquisimeto, Venezuela, 1930).
«Es parte de mi memoria de niña, solo conocí dos máquinas, y cuando mi papá tecleaba esta máquina, no era frecuente, porque sobre todo era un padre lector, lo hacía muy rápido», contó la hija.
«Y a veces se detenía y cortaba un papelito y lo pegaba, porque le gustaba sacar la página y pegar recortes para luego componer una nueva página sin tachaduras», relató.
«Esta máquina fue el legado elegido por la reverencia que su padre tiene hacia la palabra, hacia el papel, el libro y el lápiz, porque todos los elementos que se utilizan para la cultura son tan importantes para Cadenas como la propia palabra», dijo.
«Tiene mucho valor y no puede tener mejor destino. La máquina de mi padre, con la que crecí, y que cuando la oía sonaba a música, porque yo sabía que un libro podía estar en camino y los que lo conocen saben que los libros que llegaban de Rafael eran cada diez años», añadió.
Según la hija del poeta, el primer venezolano en ganar el Premio Cervantes, esta Olivetti se podrá ver desde el jueves en la exposición «Rafael Cadenas: Este presente es todo», organizada por el Ministerio de Cultura de España y la Universidad de Alcalá de Henares hasta el 18 de junio esta localidad cercana a Madrid.
El Instituto Cervantes, entidad pública española que promueve la enseñanza del español por el mundo, será el custodio de este objeto junto a la penúltima versión del discurso que ofreció el lunes el galardonado al recibir el premio y un resumen que hizo del libro «El nuevo rostro de Dios» del español Enrique Miret.
Con información de EFE