El alcalde de El Hatillo, Elías Sayegh, comparó este martes los sucesos del 11 de abril de 2002, cuando una marcha ciudadana se dirigió al Palacio de Miraflores para exigir la renuncia del presidente Hugo Chávez, con el intento de golpe de Estado militar fallido protagonizado por el mismo Chávez el 4 de febrero de 1992.
En una declaración difundida a la prensa, el dirigente de Fuerza Vecinal (FV) hizo una equivalencia entre la marcha cívica de abril de 2002, que fue reprimida por policías, militares y grupos de chavistas armados, dejando 19 muertos, con el intento de golpe que utilizó tanques y aviones militares, para derrocar al presidente Carlos Andrés Pérez, que dejó más de un centenar de muertos.
«Yo tenía cinco años de edad cuando fracasó el golpe de estado del 4 de febrero de 1992. Y tenía apenas 15 cuando ocurrieron los terribles eventos del 11 de abril de 2002. Como yo, esa inmensa masa de venezolanos que hoy tiene menos de 40 años no tuvo participación ni responsabilidad alguna en esos trágicos errores cometidos por unos y por otros en el pasado, pero durante toda nuestra vida hemos tenido que enfrentar sus pesadas consecuencias«, afirmó Sayegh al cumplirse 21 años del 11 de abril.
El dirigente político considera que «más allá de los discursos políticos y los análisis históricos, es la vida la que nos ha demostrado que la violencia no resuelve los problemas, sino que agrava las viejas dificultades y crea nuevos inconvenientes. Por eso hoy los venezolanos de todas las edades no queremos nuevos 4F ni nuevos 11A. Lo que necesitamos con urgencia es un cambio en paz, que permita crear las condiciones para mejorar sustancialmente la calidad de vida de quienes aquí estamos, y también para hacer posible el retorno -si así lo desean- de los que tuvieron que migrar».
Por último, Sayegh aseveró que «Venezuela tiene décadas viviendo alrededor de la violencia. Ese tiempo ha sido un negocio formidable para unos pocos, pues sólo algunos pueden hacer de la violencia una actividad rentable. La inmensa mayoría necesita que haya paz, estabilidad, instituciones que funcionen, reglas del juego justas y claras, para poder vivir y prosperar honestamente».
Al conmemorarse los 21 años del 11 de abril, remarcó en que su mensaje «no es ni de falsa victoria ni de ansias de revancha: nuestra palabra es de paz, de cambio en paz, ese que sirva no para cambiar a una cúpula por otra sino para construir un país de todos, con salarios dignos, empleos productivos, familias unidas y democracia transparente».