El escaño del estado de Georgia en el Senado de Estados Unidos que está en juego, crucial para configurar la mayoría de la Cámara Alta, se decidirá en una segunda vuelta el 6 de diciembre después de que ningún candidato haya alcanzado el 50 % de los votos.
Según las proyecciones de los medios, el aspirante demócrata, el reverendo Raphael Warnock, y el republicano, el exjugador de fútbol americano Herschel Walker, quedaron prácticamente empatados con cerca del 49 % de los sufragios. El otro 2 % fue para un tercer candidato, el libertario Chase Oliver.
El resultado de las elecciones de medio mandato del martes en los estados de Georgia, Nevada y Arizona determinará si los demócratas conservan la mayoría del Senado o si los republicanos se hacen con el control de la cámara, lo que dificultaría mucho las cosas al presidente Joe Biden.
De seguir la tendencia actual del conteo, Nevada se pintaría de color rojo republicano y Arizona de color azul demócrata, de manera que la segunda vuelta de Georgia será la contienda decisiva.
No es la primera vez que Georgia deja en vilo a Estados Unidos. Hace dos años, Biden ganó por la mínima a Donald Trump en este estado sureño, algo que utilizó el expresidente republicano para denunciar falsamente un fraude electoral y forzar un recuento.
Ese año, además, el escaño del Senado por el estado también tuvo que definirse en una segunda vuelta, que finalmente fue a parar a manos de los demócratas.
El senador demócrata Raphael Warnock, que aspira a su reelección, dijo anoche a sus seguidores en un hotel de Atlanta que tiene «buenas sensaciones» y, haciendo referencia a su profesión de reverendo bautista, les pidió «mantener la fe».
El perfil del aspirante republicano es más polémico. Walker, pupilo de Trump, es una antigua estrella de fútbol americano que ha hecho campaña en contra del aborto a pesar de que dos mujeres lo acusan de haber financiado su interrupción del embarazo.
«No he venido aquí a perder», exclamó Walker ante sus fieles en la noche electoral.
El control del Congreso de Estados Unidos continúa pendiente tras unas ajustadas elecciones en las que el Partido Demócrata logró frenar la ola republicana que predecían las encuestas y en las que varios candidatos más extremistas bendecidos por Trump sufrieron un varapalo.
En Georgia, en cambio, el gobernador republicano Brian Kemp, distanciado de Trump desde que rechazó sus acusaciones de fraude en el estado, logró su reelección con comodidad frente a la demócrata Stacey Abrams, una reconocida activista por los derechos de los afroamericanos. EFE