EFE.- El ataque de un exalumno de una escuela rusa en la república de Udmurtia, en los Urales, dejó hoy al menos 15 muertos y 24 heridos, y evocó dos tragedias similares ocurridas a lo largo de 2021.
«Murieron 15 personas, entre ellas 11 niños y 4 adultos», según un comunicado del Comité de Instrucción ruso.
Entre los 24 heridos, hay 22 menores, agrega la nota.
Los adultos fallecidos son dos guardias del colegio y dos profesores, informaron las autoridades.
El tirador, un exalumno con problemas mentales
El autor del tiroteo, que ocurrió en la escuela 88 de Izhevsk, fue identificado como Artiom Kazántsev, de 34 años, y graduado en el mismo centro educativo.
«Conocemos el nombre del hombre que hizo eso. Es Artiom Kazántsev, un habitante de Izhevsk, que estaba en el registro de pacientes de un psiquiátrico.»
El atacante, que se suicidó, llevaba una camiseta con simbología nazi, según se desprende de las imágenes del lugar difundidas por el Comité de Instrucción.
Según las autoridades, estaba armado con dos pistolas de aire comprimido reconvertidas para disparar con munición letal.
En los cargadores de la pistola, cuyas fotos fueron publicadas en redes sociales, se puede leer la palabra «odio» escrita con pintura roja.
Los investigadores rusos han practicado un registro en el domicilio del tirador para recabar más información sobre los detalles de la tragedia.
Los niños saltaban por la ventana
Kazántsev llegó a su antigua escuela alrededor de las 11.00 horas local.
Los alumnos del centro dicen que mató de un tiro a uno de los guardias nada más entrar por la puerta principal.
Posteriormente, según testigos, comenzó a desplazarse por distintas aulas.
Algunos de los alumnos tuvieron que saltar por la ventana ante la imposibilidad de escapar por el pasillo y presentan distintas lesiones y fracturas por caída de altura, según fuentes médicas.
Una alumna de la escuela dijo al canal de Telegram Baza que estaba en clase de matemáticas cuando oyó los disparos.
Según la niña, el atacante disparó contra su profesora. Luego salió de la sala y continuó caminando por el pasillo al grito «¿Dónde estáis, cabrones?».
Otras maestras se encerraron en las aulas con sus pupilos, tras colocar «barricadas» con ayuda de muebles.