La Conferencia Episcopal Venezolana (CEV) instaló este lunes 4 de julio la CXVIII Asamblea Ordinaria Plenaria del Episcopado Venezolano, con la presencia de los arzobispos y obispos de todo el país en su sede en Caracas.
La asamblea ocurre dos semanas después de que el Washington Post revelara que sacerdotes venezolanos condenados por abuso sexual contra niños, niñas y adolescentes, han vuelto a ejercer dentro de la Iglesia católica. Sin embargo, en los discursos de la instalación no hubo referencia a estas denuncias, sobre las que ha mantenido silencio la Conferencia Episcopal.
En su lugar, el obispo de San Cristóbal y primer vicepresidente de la CEV, monseñor Mario Moronta, reflexionó sobre la misión evangelizadora que se lleva a cabo en Venezuela hasta la actualidad.
“Es bonito revisar la historia para comprobar cómo ministros ordenados, laicos y miembros de la vida consagrada, han dejado una huella y han hecho camino”, expresó el obispo. “Más aún, han mostrado cómo han caminado juntos. Hoy, nos sucede lo mismo a nosotros, ya que vivimos a trinitaria en el seno de la Iglesia, promoviendo la participación de todos los miembros del pueblo de Dios”.
A continuación, monseñor Jesús González de Zárate, arzobispo de Cumaná y presidente de la CEV, destacó la fraternidad que caracteriza al episcopado venezolano e invitó a no olvidar que, además de las responsabilidades que implica el ministerio episcopal. “Somos, en primer lugar y antes que nada, hermanos, porque de lo contrario podríamos correr el riesgo de hacer de nuestra Conferencia una simple estructura institucional, muy eficaz, tal, vez, pero un poco sin alma”, dijo.
Mons. González de Zárate expresó que si bien la comunión es un don, también es una tarea que “es necesario construirla día a día (…) ya que nuestro colegio es un cuerpo dinámico que se enriquece frecuentemente con nuevos miembros que vienen aportar novedad y de los que podemos aprender”. Indicó además que “para profundizar en este camino de comunión fraterna y colegial, debemos dejarnos educar por el Espíritu en una mentalidad verdaderamente sinodal”.